Mediante el poder, una persona autoriza a otra u otras a que actúen en su nombre. De este modo, los actos efectuados por el apoderado en el ejercicio del poder repercutirán en la espera del poderdante como si los hubiese realizado él mismo. El poder tendrá la amplitud y las facultades que expresamente haya querido conferir el otorgante. Además, en cualquier momento, el otorgante puede revocar el poder.
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